El cine mudo regresa en gloria y majestad
La película revelación española "Blancanieves" se suma a la ganadora del Oscar, "El Artista", en beneficio de un ejercicio de nostalgia que directores como Aki Kaurismäki y Guy Maddin también han venido desarrollando.
por: La Segunda
viernes, 14 de septiembre de 2012
Maribel Verdú en una cinta que no ha recibido más que elogios.
"Hay un evento en mi vida en el año 1985 o 1986 en el Festival de San Sebastián. Un día, en el Teatro María Eugenia daban «Avaricia» de (Eric von) Stroheim con una orquesta en directo. Al ver esa película, sentí cosas que no había sentido viendo una película convencional", declaró Berger en el certamen canadiense, sumando su éxito al fenómeno que sedujo a la Academia a comienzos de este año:
"El Artista" , cinta muda, dirigida por el francés Michel Hazanavicius, que se llevó cinco premios Oscar.
Esta miraba, con nostalgia y admiración, a una serie de clásicos como "City Girl" de F.W. Murnau, "Cuatro hijos" de John Ford, "Y el mundo marcha" de King Vidor y "El desconocido" de Tod Browning, según palabras de su propio realizador. Todo para narrar la relación entre una estrella del cine mudo y una exitosa actriz joven, en tiempos en que el sonido empezaba a instalarse en el séptimo arte.
¿Rarezas?, ¿Muestras aisladas de melancolía irremediable? Lo cierto es que el cine mudo ha regresado como un género en sí mismo y cuenta con varios ejemplos recientes. En 1999, el siempre interesante director finlandés Aki Kaurismäki realizó, sin sonido y en blanco y negro, la película "Juha" que narra la historia de una mujer de campo que abandona a su esposo por un perseverante magnate.
También está el caso del director canadiense Guy Maddin , quien ha realizado una decena de películas a la vieja usanza, sin diálogos y con un estilo visual que remite al surrealismo y el expresionismo alemán. Probablemente la innovación está ahora en mirar atrás.
http://www.lasegunda.com/Noticias/CulturaEspectaculos/2012/09/781217/el-cine-mudo-regresa-en-gloria-y-majestad
---
“El artista no es una película muda, es una película sobre el cine mudo y el cine sonoro” Noticias - Cine |
“El artista no es una película muda,
es una película sobre el cine mudo y el cine sonoro”
Por: Jaime Ponce. Periodista y Crítico de Cine
Este fin de semana Karen y yo vimos “El Artista”, y recuerdo que a la salida, mis grandes amigas Pia Barragán y Diana Cardoso, me preguntaron: “¿Cuánto hace que no veías una película muda? ¿Cómo te pareció?” Antes de contestar, pensé: “caramba…para resolver esta pregunta, debo dar una respuesta responsable”, pienso que ya ha pasado el tiempo suficiente para responder las preguntas, y dar a conocer mi punto de vista, Pia, Diana, Amigos lectores, esta es mi opinión desde el sublime y responsable ejercicio de la crítica.
Comienzo por contar, que desde muy pequeño, no recuerdo que edad tenia, con mi padre, a quien le debo la pasión por el cine, la música y la lectura, compartimos varias jornadas "matinales" en la desaparecida Cinemateca de Usaquén. Allí, los domingos en la mañana proyectaban, en una pequeña sala, el cine que a papá le gustaba; para mí era toda una experiencia, pero lo que más me gustaba, era que no tenía que "leer los titulitos", simplemente veía la película y me divertía. Así fueron mis primeros años en una sala de cine, los mismos que ahora recuerdo con tanta nostalgia, desde el pasado sábado, al tener mi primer encuentro con “El Artista”.
Desde que supe que el extraordinario trabajo del director Michael Hazanaviciuz, se trataba de una película muda, gesté en mi mente la idea de un film al mejor estilo de los entrañables Charles Chaplin, Buster Keaton, Laurel & Hardy (personajes con los que crecí) al lado de King Kong y Godzilla, entre otros. Mucho pasó por mi cabeza como el recuerdo de imágenes imborrables y la nostalgia del cine, que con trabajo, dedicación y mucho esfuerzo lograron crear aquellos quienes a principio del naciente siglo XX eran "los independientes".
Al ver “El artista”, queda claro que fueron muchos los ingredientes que Hazanaviciuz debió mezclar para logar lo que hoy día es el resultado de un éxito total, donde se rinde homenaje a los años dorados de Hollywood en una película trascendental filmada con algunos ejemplos de la época y enfrentando el gran reto de ser una película muda, que logró recibir después de muchos años, el Premio Oscar de la Academia a Mejor Película, lo que no ocurría desde hace tiempo atrás, cuando una producción extranjera, en lengua no inglesa, recibiera este galardón, me refiero a “La Vitta e Bella”.
Desde el inicio y solo hasta el final de la cinta de Hazanaviciuz, comprendemos que, definitivamente, esta película como “muda”, ciertamente, no lo es. Películas mudas son “La marca del Zorro” de Douglas Fairbanks, “Nosferatu” dirigida por F.W. Murnau y protagonizada por Max Schreck o “El chico” de Chaplín.
“El Artista” no es una película muda, es una película sobre el cine mudo y el cine sonoro. Y, aunque suene igual, no lo es.
Tampoco es una película romántica, aunque pareciera serlo (por el tráiler que la promociona). En la misma vemos el desarrollo de una historia romántica en la cual el punto central es la relación de George Valentín (Jean Dujardin) súper estrella del cine mudo, que se enamora de la joven actriz Peppy Miller (Bérénice Bejo) quien termina convirtiéndose en la nueva gran estrella del cine sonoro (como protagonista de las “talkies”) y termina, sin quererlo, destronando a Valentín, en resumen una historia romántica clásica, pero muda, filmada en el 2011, con algunos elementos de los pioneros años 20.
El punto de giro es el cambio de paradigma de la industria del cine, mucho mayor que el del traspaso a color, sin olvidar a “Toy Story” y el avance que marcó frente al actual cine de animación (otro gran legado de Steve Jobs).
“El Artista” nos habla sobre el estrellato, tanto del ascenso como de la caída. Es sobre tenerlo todo y perderlo, sobre el negocio de la industria, la desesperación, el orgullo, la esperanza, el amor. Es, en conclusión, una película sobre el sonido.
Él mismo, no es una excusa ni un efecto más, es el actor principal, pues pasa a ser el villano, o el anti-héroe, según como usted lo quiera interpretar (refiriéndome al Sonido). Durante toda la película su ausencia es lo más relevante, la relación de todos los personajes a su alrededor, los conflictos que desencadenan, las situaciones que resuelven. Siempre presente de alguna u otra forma, acechando, y afectando todo el desarrollo de la trama a lo largo de la película. Razón por la que afirmo que no es una película “muda” y espero me entiendan.
Los actores
De ellos debemos hablar, ¡todos son extraordinarios! Desde desde Jean Dujardin hasta Uggie, el perrito. Todos logran equilibrar el estilo de actuación de la época, con gestos exagerados y sobreactuados para compensar la falta de sonido, pero sin perder por ello la naturalidad en sus papeles.
Es cierto que cuesta un poco al principio acostumbrarse a la película y a sus protagonistas, pero es apenas una leve sensación al comienzo, por ello le respondí a Pia que había visto, esta semana, tres películas.
Antes de ver “El Artista”, usted podría hacer el ejercicio de recurrir a su archivo personal y recordar algunos clásicos, como por "acostumbrarse" a lo que se encontrará en la película de Hazanaviciuz.
El film es fantástico, por lo que considero que este es un buen ejercicio para el cine contemporáneo. Una película construida con un porcentaje de 50/50. 50 por ciento del trabajo de todo el equipo por lograr la película y el otro 50 por ciento gracias al maestro Ludovic Bource y su extraordinaria banda sonora, porque la ausencia de sonido implica que la música tiene que estar presente durante todo el desarrollo de la película y no solo de fondo o para enfatizar lo que se ve en pantalla, sino directamente para conformar y transmitir lo que estamos viendo.
Y, es precisamente Bource quien con su música, le aporta el tono, la potencia y la verdadera carga emocional a cada escena que apreciamos, alcanzando con sus "crecendos" momentos realmente importantes. En otras palabras, sin banda de sonido no existe “El Artista”.
La película francesa, reinó en la pasada edición, del premio OSCAR con cinco premios: Mejor película, mejor director (Michel Hazanavicius), mejor actor (Jean
Dujardin), mejor vestuario (Mark Bridges) y mejor banda sonora original (Ludovic Bource).
Su gran rival, "Hugo", el primer filme en 3D de Martin Scorsese, también obtuvo cinco merecidas estatuillas en las categorías técnicos: Mejor fotografía, mejor dirección artística, mejor montaje de sonido, mejor mezcla de sonido y mejores efectos visuales.
Para terminar, además de recomendarla, quiero recordar aquella opinión que alguna vez le escuché expresar a mi gran maestro Sir Alfred Hitchcock cuando dijo en una entrevista, y sé que tenía razón, "las películas mudas son la forma más pura del cine"
Por: Jaime Ponce. ¿Logra revivir el cine mudo?, ¿Es una historia de amor? Son algunas reflexiones que surgen sobre este film, ganadora del Premio Óscar a Mejor Película.
Este fin de semana Karen y yo vimos “El Artista”, y recuerdo que a la salida, mis grandes amigas Pia Barragán y Diana Cardoso, me preguntaron: “¿Cuánto hace que no veías una película muda? ¿Cómo te pareció?” Antes de contestar, pensé: “caramba…para resolver esta pregunta, debo dar una respuesta responsable”, pienso que ya ha pasado el tiempo suficiente para responder las preguntas, y dar a conocer mi punto de vista, Pia, Diana, Amigos lectores, esta es mi opinión desde el sublime y responsable ejercicio de la crítica.
Comienzo por contar, que desde muy pequeño, no recuerdo que edad tenia, con mi padre, a quien le debo la pasión por el cine, la música y la lectura, compartimos varias jornadas "matinales" en la desaparecida Cinemateca de Usaquén. Allí, los domingos en la mañana proyectaban, en una pequeña sala, el cine que a papá le gustaba; para mí era toda una experiencia, pero lo que más me gustaba, era que no tenía que "leer los titulitos", simplemente veía la película y me divertía. Así fueron mis primeros años en una sala de cine, los mismos que ahora recuerdo con tanta nostalgia, desde el pasado sábado, al tener mi primer encuentro con “El Artista”.
Desde que supe que el extraordinario trabajo del director Michael Hazanaviciuz, se trataba de una película muda, gesté en mi mente la idea de un film al mejor estilo de los entrañables Charles Chaplin, Buster Keaton, Laurel & Hardy (personajes con los que crecí) al lado de King Kong y Godzilla, entre otros. Mucho pasó por mi cabeza como el recuerdo de imágenes imborrables y la nostalgia del cine, que con trabajo, dedicación y mucho esfuerzo lograron crear aquellos quienes a principio del naciente siglo XX eran "los independientes".
Al ver “El artista”, queda claro que fueron muchos los ingredientes que Hazanaviciuz debió mezclar para logar lo que hoy día es el resultado de un éxito total, donde se rinde homenaje a los años dorados de Hollywood en una película trascendental filmada con algunos ejemplos de la época y enfrentando el gran reto de ser una película muda, que logró recibir después de muchos años, el Premio Oscar de la Academia a Mejor Película, lo que no ocurría desde hace tiempo atrás, cuando una producción extranjera, en lengua no inglesa, recibiera este galardón, me refiero a “La Vitta e Bella”.
Desde el inicio y solo hasta el final de la cinta de Hazanaviciuz, comprendemos que, definitivamente, esta película como “muda”, ciertamente, no lo es. Películas mudas son “La marca del Zorro” de Douglas Fairbanks, “Nosferatu” dirigida por F.W. Murnau y protagonizada por Max Schreck o “El chico” de Chaplín.
“El Artista” no es una película muda, es una película sobre el cine mudo y el cine sonoro. Y, aunque suene igual, no lo es.
Tampoco es una película romántica, aunque pareciera serlo (por el tráiler que la promociona). En la misma vemos el desarrollo de una historia romántica en la cual el punto central es la relación de George Valentín (Jean Dujardin) súper estrella del cine mudo, que se enamora de la joven actriz Peppy Miller (Bérénice Bejo) quien termina convirtiéndose en la nueva gran estrella del cine sonoro (como protagonista de las “talkies”) y termina, sin quererlo, destronando a Valentín, en resumen una historia romántica clásica, pero muda, filmada en el 2011, con algunos elementos de los pioneros años 20.
El punto de giro es el cambio de paradigma de la industria del cine, mucho mayor que el del traspaso a color, sin olvidar a “Toy Story” y el avance que marcó frente al actual cine de animación (otro gran legado de Steve Jobs).
“El Artista” nos habla sobre el estrellato, tanto del ascenso como de la caída. Es sobre tenerlo todo y perderlo, sobre el negocio de la industria, la desesperación, el orgullo, la esperanza, el amor. Es, en conclusión, una película sobre el sonido.
Él mismo, no es una excusa ni un efecto más, es el actor principal, pues pasa a ser el villano, o el anti-héroe, según como usted lo quiera interpretar (refiriéndome al Sonido). Durante toda la película su ausencia es lo más relevante, la relación de todos los personajes a su alrededor, los conflictos que desencadenan, las situaciones que resuelven. Siempre presente de alguna u otra forma, acechando, y afectando todo el desarrollo de la trama a lo largo de la película. Razón por la que afirmo que no es una película “muda” y espero me entiendan.
Los actores
De ellos debemos hablar, ¡todos son extraordinarios! Desde desde Jean Dujardin hasta Uggie, el perrito. Todos logran equilibrar el estilo de actuación de la época, con gestos exagerados y sobreactuados para compensar la falta de sonido, pero sin perder por ello la naturalidad en sus papeles.
Es cierto que cuesta un poco al principio acostumbrarse a la película y a sus protagonistas, pero es apenas una leve sensación al comienzo, por ello le respondí a Pia que había visto, esta semana, tres películas.
Antes de ver “El Artista”, usted podría hacer el ejercicio de recurrir a su archivo personal y recordar algunos clásicos, como por "acostumbrarse" a lo que se encontrará en la película de Hazanaviciuz.
El film es fantástico, por lo que considero que este es un buen ejercicio para el cine contemporáneo. Una película construida con un porcentaje de 50/50. 50 por ciento del trabajo de todo el equipo por lograr la película y el otro 50 por ciento gracias al maestro Ludovic Bource y su extraordinaria banda sonora, porque la ausencia de sonido implica que la música tiene que estar presente durante todo el desarrollo de la película y no solo de fondo o para enfatizar lo que se ve en pantalla, sino directamente para conformar y transmitir lo que estamos viendo.
Y, es precisamente Bource quien con su música, le aporta el tono, la potencia y la verdadera carga emocional a cada escena que apreciamos, alcanzando con sus "crecendos" momentos realmente importantes. En otras palabras, sin banda de sonido no existe “El Artista”.
La película francesa, reinó en la pasada edición, del premio OSCAR con cinco premios: Mejor película, mejor director (Michel Hazanavicius), mejor actor (Jean Dujardin), mejor vestuario (Mark Bridges) y mejor banda sonora original (Ludovic Bource).
Su gran rival, "Hugo", el primer filme en 3D de Martin Scorsese, también obtuvo cinco merecidas estatuillas en las categorías técnicos: Mejor fotografía, mejor dirección artística, mejor montaje de sonido, mejor mezcla de sonido y mejores efectos visuales.
Para terminar, además de recomendarla, quiero recordar aquella opinión que alguna vez le escuché expresar a mi gran maestro Sir Alfred Hitchcock cuando dijo en una entrevista, y sé que tenía razón, "las películas mudas son la forma más pura del cine".
Jame Ponce. Periodista y Crítico de Cine / @mitoponce
|
---
No hay comentarios:
Publicar un comentario