lunes 9 de mayo de 2011
El actor de 94 años y última leyenda de Hollywood viva recuerda su época de gloria y cómo sacó adelante "Espartaco", la película del gladiador que se rebeló contra Roma.
SUSAN KING
Kirk Douglas durante la entrega de premios Oscar, el 27 de febrero de 2011.
Dentro de la fanfarria que rodeó a la ceremonia de los Oscar de este año destacaron sus jóvenes anfitriones, Anne Hathaway y James Franco, pero fue la leyenda de 94 años Kirk Douglas quien se robó el show. Al presentar el premio a la Mejor Actriz Secundaria, sacó risas, tomándoles el pelo a Hugh Jackman y Colin Firth, coqueteó con Hathaway, e hizo gracias con su bastón, con la ayuda del nieto de Omar Sharif.
Douglas como Espartaco, donde compartió cartel con Laurence Olivier, Jean Simmons y Tony Curtis.
Douglas, que ganó un Premio de la Academia honorífico en 1996, dice que tuvieron que convencerlo para ir, y se maravilló cuando recibió incontables llamadas, emails y cartas al día siguiente felicitándolo por su memorable aparición. "¿Todos me vieron?" pregunta, riendo, en su casa de Beverly Hills que comparte con su esposa de hace 57 años, Anne.
Una apoplejía que sufrió en 1996 puede haber afectado su forma de hablar, pero ciertamente no le robó su entusiasmo por la vida. Ha seguido haciendo películas, además de escribir libros y protagonizar su monólogo "Before I forget" en el Teatro Kirk Douglas, en Culver City. En persona es dulce y divertido, una fuerza de la naturaleza.
Su característico sentido del humor volvió a brotar cuando Douglas presentó un especial de "Espartaco" en el TCM Classic Film Festival, una muestra de grandes clásicos del cine.
La historia de un gladiador que lidera una revuelta de esclavos contra los romanos, dirigida por Stanley Kubrick en 1960, ganó cuatro premios Oscar. Pero también es histórica porque Douglas, quien produjo la cinta, insistió que su guionista Dalton Trumbo -quien estaba en la infame lista negra- recibiera crédito en pantalla.
"No podías usar el nombre de un escritor que estuviera en la lista negra, y él no podía poner pie en el estudio", cuenta Douglas. "Cuando pensaba en romper la lista negra, la gente me decía: 'Kirk, nunca volverás a trabajar'. Pero creo que tenía la edad correcta. De haber sido más viejo, quizás hubiera sido demasiado conservador. Así que simplemente dije 'al diablo'".
Douglas es la única estrella sobreviviente de la generación de actores que se hicieron famosos al final de la Segunda Guerra, entre los que estaban Montgomery Clift, Burt Lancaster, Charlton Heston y Gregory Peck. Estuvo nominado tres veces al Oscar como Mejor Actor, y la lista de clásicos en los que aparece es eterna. Uno de sus favoritos es "Senderos de gloria", por el rol que tuvo en ayudar a lanzar la carrera de uno de los cineastas más reverenciados de Hollywood. "Yo descubrí a Stanley Kubrick", dice Douglas. "Vi una película que hizo, 'Casta de malditos'. Lo llamé y le pregunté si tenía algún proyecto. Me respondió: 'Tengo uno, pero ningún estudio quiere hacerlo'. Le dije que me lo enviara".
Después de leer el poderoso drama antiguerra, Douglas llamó a Kubrick y le dijo. "Esta película no ganará un centavo, pero tenemos que hacerla. Mi compañía conseguirá el dinero". Fue Douglas quien trajo a Kubrick para dirigir "Espartaco", aunque Universal había contratado a Anthony Mann. Douglas cuenta que Mann se sentía intimidado por el elenco, el que incluía a Laurence Olivier, Jean Simmons y Tony Curtis. "Ustinov lo cautivó. Lo veía como un genio, así que lo dejaba hacer lo que quería. Después de tres semanas, el estudio me dijo 'Kirk, tenías razón. Tienes que despedirlo'". Coincidentemente, Marlon Brando había despedido a Stanley Kubrick del western "One-Eyed Jacks". "Le envié el guión de 'Espartaco' durante el fin de semana, y el lunes estaba en el estudio, listo para dirigir", dice Douglas. "Recuerdo que cuando lo presenté al elenco, parecía como de 14 años. Pensaron que yo estaba bromeando. Pero Kubrick no se dejó intimidar. Hizo un gran trabajo".
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